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Con el aparecimiento del COVID-19, el tema de encontrar una vacuna se ha puesto en tendencia. En este artículo hablaremos brevemente sobre el proceso de producción de las vacunas, las cuales detrás de sí llevan muchas horas de investigación, ensayo, estudio y análisis.

En la actualidad existen diversas vacunas para prevenir enfermedades mortales.  El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, indica que las vacunas más allá de solo ser un tratamiento o una cura, tienen la capacidad de prevenir enfermedades.

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¿Qué integra una vacuna?

Las vacunas se integran de los mismos microorganimos que provocan las enfermedades. Sin embargo, es una porción del virus o bacteria que ya se encuentra debilitado y que es seguro que ingrese a tu organismo, por lo que no puede afectarte o hacerte daño. Su objetivo es estimular tu sistema inmune para que produzca anticuerpos

¿Cómo se produce una vacuna?

Este proceso requiere a veces hasta meses o años para culminarlo con éxito. Depende de las investigaciones que se realicen en torno a la enfermedad. Por ejemplo, hay vacunas, como la de la malaria, que lleva 30 años en desarrollo. Algunas, como la que se produce cada año contra la gripe, pueden tardar seis meses. Científicos indican que la media sería 18 meses.

Requiere que se aísle exitosamente una cepa del virus que se quiere eliminar y luego pueden pasar entre cinco o seis meses para que estén listos los primeros lotes de la vacuna aprobada. Esto según datos de la OMS, respecto al desarrollo de la vacuna contra la influenza.

La fabricación de una vacuna puede tardar hasta 18 meses.

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Pasos para su fabricación

Identificar el virus: En esta primera etapa de la producción de una vacuna se identifica el virus. Los laboratorios recogen muestras del virus y lo preparan para generar el antígeno que se utiliza para inducir una respuesta inmune.

Se debilita al virus: En este segundo paso se obtiene lo que se denomina como “cepa vacuna” o “virus vacunal”, es decir la etapa en la que el virus se adapta para ser usado, por lo que se vuelve menos peligroso. Posteriormente se mezcla con una cepa estandarizada del virus producido por el laboratorio.

Posteriormente es inyectado en huevos de gallina fertilizados, donde se incuba y se replica durante unos días, imitando lo que haría dentro de un ser humano. Este proceso se realiza para cosechar el líquido que contiene el virus del huevo, el cual ya no puede causar enfermedad. Ya purificado se convierte en el antígeno del virus. El antígeno es la sustancia que libera el virus que activa la respuesta del sistema inmunitario.

Verificación de la cepa vacunal: como todo proceso científico, se debe probar que el antígeno sea eficaz. En esta fase se comprueba que el virus híbrido que ha estado en los huevos de la gallina, no pueda dañar a un ser humano. La OMS, indica que esta etapa dura al menos tres semanas, o hasta que se tenga certeza de su eficacia.

Preparación de los reactivos: En esta etapa, colaboradores de la OMS se dedican a preparar los reactivos, el cual es una sustancia que cuantifica el rendimiento del “antivirus” que están preparando. Esta etapa es crucial debido a que deben envasar la dosis correcta de la vacuna.

Envasado y distribución de la vacuna: La OMS toma el control de calidad en esta etapa, sometiendo a una revisión rigurosa a cada lote para comprobar la esterilidad del antígeno.

Luego se diluye hasta alcanzar la concentración deseada de antígeno el cual se envasa en frascos o jeringas etiquetadas. Algunas vacunas se deshidratan por congelación y luego se rehidratan al momento de aplicarlas.

Fase de prueba

En Estados Unidos se requiere ensayos previos para la utilización de la vacuna producida. Los ensayos clínicos tienen tres fases:

Fase 1: A un pequeño grupo de personas controladas se inicia a realizar los estudios iniciales.

Fase 2: Comprende a más personas que en la fase uno. En esta etapa se analiza el rango de la dosis para frenar la enfermedad.

Fase 3: Se involucra a miles de personas para documentar su efectividad y datos de seguridad adicionales para obtener la licencia.

Tras pasar estas tres etapas, se puede iniciar los estudios para determinar su eficacia, los pros y contras de su utilización a nivel mundial y otros datos adicionales importantes. Los expertos deben determinar que su seguridad sea total y que no afecte a largo plazo a las personas.

En este momento existen diferentes vacunas, las cuales se aplican a los niños entre su nacimiento y los 6 años, como las vacunas contra el sarampión, influenza, tos ferina, tétanos, etc.

También existen otras vacunas a los cuales los adultos pueden acceder, como la influenza estacional, el tétano o las vacunas contra las enfermedades neumocócicas. Al igual que otras vacunas como la del Virus del Papiloma Humano, contra el hepatitis A y B, Varicela o meningitis.

¿La polémica contra las vacunas?

Existe diversas polémicas respecto al uso de las vacunas, las cuales están basadas en desconfianza contra el gobierno, los efectos que puede causar en la salud de los niños, los derechos individuales y hasta la libertad religiosa.

La OMS indica que estas dudas o renuencia a las vacunas, amenaza con revertir los avances que se han alcanzado en la lucha contra las enfermedades que se han prevenido con la aplicación de la vacunación.

Sin duda, el desarrollo y producción de una vacuna es un proceso apasionante que requiere la dedicación de profesionales que integren sus conocimientos con otras ciencias y disciplinas. Es un trabajo de grupo que salva millones de vidas al año y que en este momento que nos encontramos en una etapa crucial a causa del Coronavirus COVID-19, se vuelve en una carrera contra el tiempo para intentar volver a la normalidad.

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